El ser humano gracias a la ayuda que le proporciona el lenguaje para discernir entre las cosas y delimitarlas se diferencia y separa a sí mismo del resto, creando sensaciones como soledad, sentirse especial e incomprendido. Sensaciones que antes de tener consciencia de sí mismo, simplemente no existían.(1) (2)
Simultáneamente aparece la identificación con el yo, self o ego. Esta identificación con un yo no se diferencia en sus consecuencias con las que aparecen descritas por la teoría de la identificación social en el paradigma del grupo mínimo: aparece el egoísmo y el conflicto con el "exoindividuo".
Lo que quiere decirse con esto es que aunque una persona no se identifique con ningún grupo social en concreto, sigue existiendo la identificación primaria consigo mismo. Y, por tanto, se siguen generando los mismos conflictos.
De acuerdo con Krishnamurti, el análisis de esta cuestión nos lleva a entender el origen de todo conflicto humano. Dicho análisis requiere de una profundización era mi propósito primigenio, sin perder de vista que lo que nos categoriza o con lo que nos identificamos son palabras.
Este paradigma que nos lleva a la raíz de uno mismo, a reflexionar sobre ¿existe la observación sin el observador? ¿Existe el observador? (¿Qué es el yo?), y, sobre todo, explica cómo el ser humano, debido a la importancia que le damos al ego y a los conceptos con los que éste se identifica siempre limitándose a una ideología en oposición a otra/as, un equipo de fútbol en oposición a otro/os, una doctrina religiosa frente a otra/os, un método para alcanzar la felicidad o ilumanarse frente a otro/os, una nación frente a otra/as, una raza, un gusto musical, una marca, un enfoque psicológico...etc siempre va a generar conflicto y no hablamos de que el conflicto se resuelva mediante el respeto, pues en realidad lo que ocurre no es una cuestión de respetar una corriente de pensamiento, sino de respetar a una persona, puesto que esa persona se identifica de forma radical con un ideología, ella es nazi, es racista. Este tipo de ideologías que conllevan por definición la anulación de ciertas otras son el claro ejemplo de cómo la mera identificación con ellas genera el conflicto entre dos seres sustancialmente iguales: los humanos.
La cuestión es, como veremos en la próxima entrada, que no es necesario casarte con una ideología que no respete la de los demás, basta con identificarte con un argumento aunque éste sea totalmente irrelevante dentro de una conversación para que si te llevan la contraria percibas esto como un ataque personal. Génesis por cierto, entre otras cosas, de toda incomprensión a la hora de comunicarnos con los demás, y de por tanto, de no saber escuchar.
En relación con todo lo dicho, propongo al lector que reflexione sobre las siguientes preguntas:
¿Es lo que yo pienso fruto de mi razón? ¿Puedo escoger qué pensar? ¿En qué medida mi pensamiento me ha condicionado?
Nota (1) Erich Fromm en "El miedo a la libertad" aborda las implicaciones de las nociones de individualidad y soledad. Por ejemplo "La historia social del hombre se inició al emerger éste de un estado de unidad indiferenciada del mundo natural, para adquirir conciencia de sí mismo como de una entidad separada y distinta de la naturaleza y de los hombres que lo rodeaban." " En la vida de un individuo encontramos el mismo proceso. Un niño nace cuando deja de formar un solo ser con su madre y se transforma en un ente biológico separado de ella. (...) En un sentido funcional, la criatura sigue formando parte de la madre. Lentamente, el niño llega a considerar a la madre y a los objetos como entidades separadas de él mismo. (...) El proceso de individualización se refuerza luego por el de educación. (...) Deben pasar unos meses luego del nacimiento antes que el niño llegue a reconocer a otra persona en su carácter de tal y sea capaz de reaccionar con una sonrisa, y deben pasar años antes de que el chico deje de confundirse a sí mismo con el universo. Hasta ese momento sigue mostrando esa especie particular de egocentrismo típico de los niños; un egocentrismo que no excluye la ternura y el interés hacia los otros, puesto que los "otros" no han sido todavía reconocidos como realmente separados de él mismo."
"El otro aspecto del proceso de individualización consiste en el aumento de la soledad. Los vínculos primarios ofrecen seguridad y la unión básica con el mundo exterior a uno mismo. En la medida en que el niño emerge de ese mundo se da cuenta de su soledad, de ser una entidad separada de todos los demás."
Nota (2) Otro autor de gran relevancia en el tema que abordo es Jiddu Krishnamurti. En el enlace de abajo, el lector puede profundizar acerca de cómo la individualización mal desarrollada, es el génesis del conflicto humano. Resaltar que ambos autores apoyan la posibilidad de un desarrollo sano del "yo".
http://www.jiddu-krishnamurti.net/es/obras-completas-que-es-la-recta-accion/krishnamurti-que-es-la-recta-accion-14
El artículo de George Orwell "notes on nationalism" tiene mucho que ver con tus reflexiones, nosotros lo estamos utilizando mucho para nuestro tema de psicojournalist, ya que es muy interesante, explica mucho y da soluciones. Nuestro tema creo que también tiene mucho que ver con el tuyo, estaré atento a tus blogs.
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