A través de todo lo que hemos
estudiado y leído somos conscientes de la repercusión de la mente sobre el
cuerpo (estrés, ansiedad, etc.). Es innegable que mejorar en ciertos aspectos
psicológicos mejora la salud y nuestra visión de los problemas, cambiando
nuestra forma de afrontarlos.
El inconsciente juega un papel
fundamental en nuestro desarrollo personal, tanto en emociones como en forma de
ver la vida. Diversos autores han tratado ya en profundidad los efectos de
atender al inconsciente como medio para mejorar nuestra vida diaria (Freud en “Psicopatología de la Vida Cotidiana” o Rober A. Johnson en “The
Inner Work), ya sea interpretando los sueños, los lapsus o utilizando la
imaginación activa.
Se trata de recurrir a
nuestro inconsciente y entrar en él para formar parte de nuestro deseo o sueño
de forma que podamos contactar con él y encontrar la raíz de lo que nos aqueja.
A simple vista puede parecer bastante tonto pero no resulta descabellado el
dejar que una persona (recibimos ayuda del profesor para decidir el camino que
queríamos seguir con el trabajo) cumpla un inmenso deseo de ser surfista a
través de la imaginación activa, puesto que en la vida real tiene
responsabilidades y familia como para dedicarse a tiempo completo a algo que ya
a su edad y circunstancias es difícilmente realizable. No se trata de decirle a
la persona que cambie su modo de pensar y que pise la dura realidad que le
impide llenar ese agujero que siente en su vida. Sino de darle una salida y de
no simplemente decirle lo que bien su suegra (en un arranque de mala leche y falta
de sensibilidad) puede decirle. Pero el inconsciente tiene más
formas de manifestarse y de una forma un poco más radical que un vacío
interior.
Estos métodos definitivamente no
son infalibles y muchos ejemplos son bastante forzados, pero no por ello hay
que descalificarlos por completo pues la idea es importante e interesante.
Las personas no siempre sabemos
lidiar con nuestros sentimientos y en algunas ocasiones, estos se manifiestan a
través de diversas dolencias. Somos plenamente conscientes de lo místico y
barato que pueda parecer para quien lea esto, pero las consecuencias físicas de
“dolencias” psicológicas están ahí. Obviamente no se aplica a todos los casos
porque no todas las enfermedades físicas tienen raíces psicológicas, pero hay
muchas que sí. De hecho Arnold Mindell trata el tema en su libro “El cuerpo que
sueña”, y comenta ahí sus experiencias e interpretaciones.
A través de los años y vivencias
aprendemos a otorgar a diversas partes de nuestro cuerpo, un pedazo de nuestro
“yo”, de nuestra personalidad, de nuestro ser. Diversas partes como el cabello
por ejemplo, adquieren un valor que puede representar nuestra belleza y otorgar
a partes como la garganta un valor comunicativo, de tal forma en algunas
ocasiones, un problema emocional o de personalidad puede llegar a manifestarse
en una dolencia en la zona correspondiente si no se lidia con esa emoción de la
manera adecuada.
La idea se basa en dar más de una alternativa a las personas y no proporcionar la teoría de siempre. Un nuevo enfoque algunas veces puede resultar beneficioso, algo que procuraremos dar en próximas entradas.
Siguiendo la línea del libro que se ha tomado de referencia "El cuerpo que sueña" y el tema de cómo la mente se intenta comunicar con el cuerpo, podemos ver como los sueños, también son capaces de influir en los gestos corporales, en la comunicación y por ende en nuestra relación con los que nos rodean; pero antes de ahondar en el tema se considera necesario hacer una distinción entre los aspectos primarios y secundarios de nuestro cuerpo:
ResponderEliminarLos aspectos primarios son los mensajes que uno mismo está enviando al receptor de manera consciente; sin embardo, los secundarios son aquellos que de igual manera, fluyen de nuestros movimientos y afectan a la otra persona, como el tono de voz (si el tono y el ritmo se corresponden con el contenido), los ojos también revelan información (¿se están paseando de un lado a otro, miran hacia arriba abajo o al lado? ¿Están dilatadas?) las extremidades (¿qué ángulo optan respecto al resto del cuerpo y que están haciendo las manos?), en definitiva los gestos en general.
EL problema se encuentra cuando estos dos mensajes son incongruentes y no transmiten el mismo mensaje, según el doctor Arnold Mindell, lo más fascinante e importante es que habitualmente estas señales inconexas se manifiesta en los sueños, meros contenidos de los que no se ha tomado conciencia y que no son fáciles de comprender.
http://www.concienciasinfronteras.com/PAGINAS/CONCIENCIA/nidra.html
EliminarYoga Nidra se deriva la antigua práctica tántrica NyasaYoga Nidra y puede ser una alternativa para adentrarse en el insconciente y sueños.