miércoles, 21 de enero de 2015

CASO: INTENTO DE SUICCIDIO Y ADICCIÓN (APLICACIÓN LOGOTERAPIA) - PARTE I


MOTIVO PRINCIPAL DE CONSULTA

SVJ es un joven de 21 años, conocido y asistido regularmente por su médico de familia desde 1990. En 1998 requiere ayuda por uso de sustancias tóxicas deseando abandonar el consumo de cocaína inhalada y fumada, cannabis, alcohol y tabaco.

Afirma no haber consumido otras sustancias como heroína o drogas de diseño. Inició el consumo en 1996 durante la prestación del servicio militar y desde entonces ha realizado un intento de rehabilitación en Proyecto Hombre, sin resultado positivo por abandono del tratamiento. A principios de 1999 el médico de familia recibe una llamada de la madre del paciente, informando que su hijo y su amiga están ingresados por intento autolítico, por haberse seccionado mutuamente los vasos sanguíneos a nivel de carpos. En ese momento el estado clínico de ambos es estable, encontrándose fuera de peligro. Ante la llamada de la madre y la situación planteada se aconseja consultar con psiquiatría mientras está ingresado y se decide realizar atención médica del paciente para conocer las posibilidades de intervención en su contexto familiar5, citando en consulta también a sus padres y sus tres hermanos. Esta decisión está apoyada por expreso deseo del paciente que manifestó: “con la familia que tengo no hace falta ir al psiquiatra”.



APLICACIÓN (PARTE I)

 Consideramos fundamental iniciar la terapia, sea cual sea el problema psicológico, con el debate socrático. Y en el caso de intentos de suicidio, aún más. Es necesario conseguir toda la información sobre lo que el paciente siente y piensa para poder llegar a entender su comportamiento, lo cual resulta muy complejo. Es imprescindible formarnos una representación de lo que el paciente está viviendo y experimentando en su vida diaria para entender el fin de su conducta: el suicidio. 
 Es muy importante destacar el consumo de sustancias como posible mediador, e incluso,  posible causa (aunque pueden existir más) desencadenante del trastorno. Es necesario incluir en dicha representación que nos queremos formar sobre lo que el paciente está experimentando emocionalmente, las consecuencias del consumo de sustancias en este paciente en concreto,
pues en cada persona puede conducir a diferentes estados, y no todo el mundo afronta o tolera de igual manera el consumo de sustancias (y qué tipo de sustancias).

 El consumo habitual de algún tipo de sustancia condiciona y da forma a la vida diaria de una persona, desencadenando sensaciones y pensamientos positivos, pero también negativos. Este contraste, además de la importancia del segundo tipo de efectos (negativos),  llevan en ocasiones a que personas (que pueden tener algún otra vulnerabilidad o desequilibrio psicológicos) a sufrir un trastorno de ansiedad o incluso depresión, llegando al intento de suicidio como forma de escapar de ese estado patológico del que no consiguen salir. 

Retomando la perspectiva terapéutica de la logoterapia, proponíamos comenzar con un debate socrático en que necesitamos conocer lo siguiente:

   > ¿Cómo se siente? ¿Qué sensaciones o pensamientos experimenta al despertarse cada mañana?    ¿Y al acabar el día?

   > ¿Cómo ve su vida? ¿Qué circunstancias le hacen sentirse atrapado? ¿Qué hace que no pueda salir de ese estado? ¿Y qué hace que no pueda?

   > ¿Qué motivaciones tiene (en lugar de directamente preguntarle si tiene alguna motivación)?

   > ¿Cómo le gustaría verse en 10 años? à Importante para conocer su perspectiva en el futuro (si no tiene ninguna, o si, por el contrario, aunque está mal, desearía llegar a estar de una mejor manera).
A través del debate socrático vamos a conocer sus pensamientos y sus sentimiento, la visión del mundo actual y las motivaciones que le pueden llevar a avanzar del placer por placer al placer como consecuencia de la realización de sus metas y objetivos encontrando mayores emociones y mejores placeres.

"En la realidad, el placer no constituye la meta de nuestras aspiraciones, sino que es la consecuencia de su realización. Existen ciertos estados o circunstancias en los que el placer puede constituir la meta de un acto de voluntad. En general, el hombre no quiere el placer, sino que quiere lo que quiere, por lo tanto, si el placer fuese el real sentido de la vida, habría que llegar a la conclusión de que la vida carece de todo sentido. Por lo que el placer es sólo un estado; es un proceso que se desarrolla en la sustancia gris del cerebro".  Viktor Fankl

Para poder crear esa conexión entre la vida actual del paciente y lo que el espera de la vida lo que busca, el sentido que él le da, hemos de transmitirle lo que Frankl denomina como "valores de actitud". Nuestra labor es hacerle ver que ninguna situación es irremediable, que las actitudes que mostramos ante las acciones futuras pueden cambiar lo que va a suceder y que el destino es
maleable. Por tanto tenemos que ayudarlo a aceptar lo que es, quien es con todas las consecuencias que conlleve haciéndole ver y como de soportar "el valor ante el sufrimiento" actual enfrentándose a un futuro en el que el puede adoptar otro tipo de posición , la que elija.

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