“Encontrarse a uno mismo o perder la propia
identidad es algo que suele ocurrir a este lado del muro.
A veces, todo depende de nosotros mismos, nos
aislamos o nos dejamos arrastrar, a veces seguimos las reglas a raja-tabla
hasta perder nuestros principios por tal de salir de aquí.
Los sueños en mi caso, me desbordan, siempre
creando castillos de arena que al final una simple ola de realidad termina
derrumbando. Sé que ya no soy la misma, que sólo soy una gota del océano, solo
sé que tuve una vida que apenas si recuerdo, que los miedos del futuro me
atormentan.
La cárcel, admitámoslo, cambia a cualquier
persona que entra aquí: venir esposado, ser cacheado, dormir en una cama por la
que han pasado muchas otras personas, esas paredes vacías, esas tristes rejas y
lo peor alejarse de las personas que amas, mirar la luna y soñar despierto. Por
eso pasamos todos los que estamos aquí y eso deja una huella que admitámoslo,
cambia a cualquiera.
Algunos lo llevan mejor que otros, están los
institucionalizados que se acostumbran a vivir entre cuatro paredes, pero es
que en verdad no les queda otro remedio, largas condenas que te alejan de la
realidad respirando este aire de ilusiones de nadie, pero siempre intentando no
encadenar nuestros pensamientos que vuelan libres como el viento.
Otros se revelan y pierden la razón ante lo que
ven y se enfrentan contra el sistema.
Siempre he pensado que los extremos nunca son
adecuados y supongo que lo mejor no es llegar ni a un punto ni a otro. Ser uno
mismo, respetar-se y respetar, porque ya que últimamente se habla mucho de
respeto y éste te lo ganas por ti mismo, por tu actitud y por el trato que les
des a los demás. Por supuesto no perder la fe, conservar tus propios valores y
educación y siempre tener esperanza, como leí en un libro hace poco “por muy
pequeña que se tu ventana, el cielo es igual de grande”
Así que no desesperemos en la espera, que unos
antes y otros después saldremos de este submundo y volveremos al mundo de la
realidad”
Este tema no tiene nada que ver con el que estamos llevando mi grupo, PSicojournalist, pero fue una experiencia que tuve hace poco y me gustaría compartir con vosotros.
Hice un curso sobre la prisión impartido por la Asocuiación PIDES y algunos presos y ex-presos de la cárcel de Albolote.Compartir unos días con ellos, sus experiencias, tratar con ellos y romper muchas de las barreras que tenemos como los prejuicios (que creo que es algo normal), para mí fue muy enriquecedor personalmente.
Desde aquel curso tengo amistad y relación con gente que está pasando y ha pasado por aquel lugar de privación de libertad, la cárcel.
¿Qué os parece a vosotros este tema? ¿Los prejuicios a estas personas? ¿La vida alli? ¿El trato que se les da, es merecido o no?
Si os gusta esta temática os recomiendo el curso.
El texto del principio está escrito por una mujer que está en privación de su libertad. Leerlo detenidamente y reflexionar.
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