miércoles, 14 de enero de 2015

Deconstruyendo el género, una mirada a resistencias de generización del cuerpo.



"Pero porque os amo, mis iguales valientes, os deseo que vosotros también perdáis la valentía. Os deseo que os falte la fuerza de repetir la norma, que no tengáis la energía de seguir fabricando la identidad, que perdáis la determinación de seguir creyendo que vuestros papeles dicen la verdad sobre vosotros. Y cuando hayáis perdido toda la valentía, locos de cobardía, os deseo que inventéis un manual de uso para vuestros cuerpos. Porque os amo, os deseo débiles y no valientes. Porque es a través de la debilidad que la revolución actúa"             
                       San Beatriz Preciado 



 Como os vengo a(de)nunciando en mis posts anteriores el género no es una propiedad esencialistas del sujeto, sino más bien el producto de técnicas discursivas y sociales, de prácticas políticas que gestionan la verdad y la vida.

 Tenemos hoy que despertar del sueño colectivo sobre la “verdad del sexo” como otrora tuvimos que hacerlo ante la idea según la cual el sol giraba alrededor de la tierra. Para hablar de género-sexo es necesario comenzar con un acto de ruptura epistemológica, una quiebra de la columna conceptual que permita la emancipación cognitiva, esto es: tenemos que abandonar totalmente el lenguaje de la diferencia sexual y hacer lo suyo con el de la identidad sexual.  No hay ni únicamente dos género-sexos , sino usos del cuerpo reconocidos como naturales o sancionados como desviantes.

 El ojo “franciscano” (adjetivo que hago venir del sujeto y no de la orden religiosa) que todo lo ve y que reina sobre nuestras entradas en este nuestro querido blog, me recomendó mirar más detenidamente la parte de la sanción/exclusión mediante la cual la creación de la identidad de género actúa y se da. Entre otras cosas ese fue el motivo de mi anterior entrada, pero no contenta con ésto he decidido dedicarle toda esta entrada y no solo por orden del “supremo” sino porque realmente  me parece una forma de visibilización y desenmascaramiento de estas políticas de creación de verdad.

El cuerpo disidente muestra  y deconstruye con su sola presencia las ficciones que las prácticas políticas heteronormativas intentan pasar como verdad maniqueísta.  Y no solo denuncia con su presencia, sino que nos muestra nuevos idearios, nuevas formas de ser fuera de lo binario,  golpea nuestro imaginario legado y nos da la posibilidad de pensar nuevos teatros donde podamos producir otra fuerza discursiva, otra escena enunciativa. Nos dan la posibilidad a través de su ejemplo de des-identificarnos para reconstruir  una subjetividad a la medida de la subjetividad que cada uno cree  para sí.

Por eso os traigo este pequeño vídeo de testimonios de cuerpos disidentes titulado “marimachos”  donde podemos ver-escuchar-sentir la exclusión que se sufre cuando se es disidente de género y el efecto de la llegada de las teorías queer en algunas de ellas. 

Espero que lo disfrutéis, hermanxs. 


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