“¡A tu habitación!”
“¡Castigado sin salir!”
“Ya no puedes jugar a la videoconsola, lo que has hecho está
mal”
Estas frases al igual que otras miles, son ejemplo de
expresiones que son frecuentemente usadas para castigar a niños por su “mal
comportamiento”. Sin embargo, por más que veo ejemplos como estos, siempre me
pregunté si realmente los padres lo estaban haciendo bien, o tenían claro para
qué lo hacían. Si en realmente el
castigo es bueno, malo o a medias y cuándo. Así que partí de la siguiente
pregunta ¿Es verdad que se podría educar a un niño solo y exclusivamente usando
refuerzos? ¿O Es el castigo realmente necesario?
En base a esta duda, salí a la calle a conocer padres y
madres y realizar un sondeo. Una pequeña encuesta, sin más pretensiones. Fueron 14
padres exactamente los que quisieron expresar su opinión sobre el tema. Las
preguntas que les hice fueron las que yo mismo me planteé. , lo cierto es que eran varias y de diversas diversas temáticas de las cuáles me apetecía
escucharlos hablar. Pero, por esta misma razón, hoy quiero comentaros que
obtuve en las tres primeras
-Como sabes a los hijos normalmente en esta sociedad se les
castiga cuando quieres enseñarle algo, o reducir un mal comportamiento. ¿Crees
que se podría educar a un niño sólo premiándole sin castigarlo ni una sola vez?
-¿Por qué hay que castigar (o no castigar) a un niño?
-¿Consigue lo que busca con su método de enseñanza? ¿Tiene
resultado?
Es curioso, pero no me sorprendió descubrir, que de estos 14
padres, 11 dijeron que era imposible, que no concebían una educación sin
castigo. Respecto a las respuestas de los otros tres, tengo que decir que solo
uno de ellos afirmaba estar completamente seguro de que era posible y lo
practicaba. Ya que los otros dos creían en el refuerzo, pero reconocían que
para ello primero tendrían que aprender a hacerlo, ya que aunque lo intenten,
se ven obligados a castigar en más de una ocasión.
¿Por qué creían que debían castigarlos los que pensaban que esto
era necesario?
Las respuestas eran diversas, pero ninguna nueva comparadas
con lo que cualquiera de nosotros estamos acostumbrados a oír:
-“Mi hijo debe aprender lo que está bien y lo que está mal”
-“Hay una edad en la que los niños no atienden al por qué de
las cosas. El razonamiento no sirve con ellos y debe usarse el castigo”
-“Los actos negativos deben tener consecuencias negativas”
-“Mi padre me ha criado de esta forma, así que no será tan
malo”
-“La persona que respondió que no debía castigarse: El
castigo solo trae emociones negativas al niño. Debe enseñársele siempre con
energía positiva, premiándole lo aprendido que es mucho más importante que lo
que no aprenden.”
Cuando por fin llego a la tercera pregunta, me encuentro con
respuestas muy difusas. En resumen, la respuesta universal a esta tercera
pregunta es “A VECES”. El cual, es exactamente el punto en el que quiero
indagar. Ese “A veces” ¿Qué veces son? ¿Cuándo y cuantas son? ¿De qué dependen?
Existe cantidad de situaciones, algunas realmente
desbordantes, en la que, un padre, cuando se ve en la situación, no consigue
encontrar la forma de conseguir que su hijo estudie, que su hijo ayude en casa
o no consigue controlar una rabieta. Por más videos de Super Nanny que mire.
Mi hipótesis es que existe un punto medio entre “los padres
castigadores y los padres reforzadores”. De forma qué, un buen padre debe
castigar y reforzar. Dejando solo a la duda el “cuando” y el “cómo”.
Hola Jonathan, muy interesante tu post, te dejo la reseña del libro de Alfie Khon, que pretende dar un giro paradigmático sobre la crianza, el libro se llama crianza incondicional, también te dejo una entrevista traducida del autor donde va un paso más allá y también critica las recompesas o como el dice "castigo con recompensas", espero que te sirva:
ResponderEliminarhttp://www.crianzanatural.com/prod/prod697.html
http://www.lorenasabugal.com/castigado-con-recompensas-una-conversacion-con-alfie-kohn/#more-3593
En mi opinión, tal y como menciona el post que has publicado, es importante tanto que los padres realicen castigos como refuercen a los hijos, ya que es necesario que cuando una conducta no se realice correctamente o no sea adecuada se castigue tal conducta y cuando la conducta realizada sea adecuada al contexto y la situación que la rige sea reforzada.
ResponderEliminarAquí te dejo dos artículos que pueden complementar la información que has incluido en tu post. Uno habla sobre cómo se debe castigar a un hijo para que sea el castigo efectivo y el otro sobre las pautas que hay que tener en cuenta para que el castigo sea educativo.
http://blogs.lainformacion.com/treintaymuchos/2012/05/04/como-castigar-a-los-ninos-hoy-para-que-te-lo-agradezcan-manana-ocho-criterios-casi-infalibles/
http://www.educapeques.com/escuela-de-padres/pautas-castigo-educativo.html
Según yo lo veo, el castigo y el reforzamiento son dos métodos de enseñanza complementarios. Hay métodos para hacer que una conducta deje de darse tanto mediante reforzamientos por la ausencia de la conducta (más difícil de entrenar) como mediante castigos (aprendizaje más rápido, necesita menos repeticiones), pero a la hora de promover una conducta, el castigo no suele resultar un método eficaz, ya que el realizar la conducta por temor a las consecuencias hace que, en cuanto la consecuencia negativa se retira de la ecuación, el niño deje de realizar la conducta. Mientras tanto, mediante el reforzamiento, es más fácil hacer que el niño realice la conducta por su propio interés y no por el reforzamiento en sí.
ResponderEliminarPara ver consecuencias psicológicas del castigo te recomiendo el siguiente enlace:
http://www.conmishijos.com/ninos/ninos-familia/el-castigo-y-sus-alternativas.html
Gracias por vuestras aportaciones chicos!
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