Cuando comenzamos a trabajar
sobre el sufrimiento que el lenguaje nos causa y cómo enfrentarnos a él, estábamos
un poco perdidos ya que es un tema muy amplio en el que puedes abordar diversos
componentes por lo que decidimos empezar con algo mas concreto como la
rumiación.
Tras buscar información sobre
la rumiación en todos sus estados y posibles formas de tratarla a través de
distintas terapias comenzamos con la visualización de casos específicos, en
concreto, dos:
–
La rumiación tras el duelo en un muchacho de
dieciséis años tratado a través de la “psicoterapia integrativa”.
–
Un hombre de 30 años que exponía que había
pasado por dos momentos en los que la rumiación había irrumpido en su vida impidiéndole
llevar una vida plena. En la primera fase se utilizó la terapia cognitiva y en
el momento actual (segunda fase) volvió a utilizarse la misma terapia aunque los
resultados no fueron tan exitosos como en la primera.
A través de ambos casos y de
la información encontrada vimos que hay ocasiones en las que utilizando un tipo
de terapia u otra era más fácil y eficaz enfrentarse a la rumiación, por
ejemplo en casos de duelo es mejor la psicoterapia integrativa porque trata de
que el paciente muestre al exterior todo lo que piensa y busque un afrontamiento
basado en algo que pueda hacer dejando de torturarse por el pasado.
Ahora bien, tras observar que
habíamos abordado el tema desde una perspectiva muy general (pues existe un
gran número de terapias orientadas a este problema) decidimos centrarnos en una
terapia en concreto para poder llevarla a la práctica. Así, tras indagar un
poco más, descubrimos la logoterapia, una terapia, a nuestro parecer, muy
novedosa, enfocada desde una perspectiva existencial.
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