Desde pequeño Juan sufría abusos por parte de su padre alcohólico, desde insultos hasta palizas, que la madre consentía por miedo a las represarías de la época el la que vivían. Cuando Juan creció se convirtió en un adolescente conflictivo, tenía conductas agresivas hacia los compañeros de clase, así como hacia los profesores y demás amigos de fuera del colegio. Cuando el padre se enteraba de esos comportamientos se ponía tan violento con su hijo que acababan por enfrentarse tanto verbal como físicamente. Otras veces ni siquiera se enteraba, ya que la madre encubría a su hijo para evitar las disputas. Con el tiempo el padre y el hijo dejaron de hablarse, incluso se retiraron el saludo.
Este chico, ya mayor, nunca habló ese problema con nadie, y su padre se atreve a decir que nunca trató al chico mal.
Podría ser que la culpa del comportamiento del hijo la tuviera el padre, o quizás el hijo podría haberse puesto en el lugar de las otras personas a las que trataba con violencia, aunque en el fondo ese comportamiento fuera una máscara y pagara sus frustración con las demás personas, aunque éstas no tuvieran culpa de nada. También podría ser que la madre al encubrir al padre, y en otras ocasiones al hijo, estuviera propiciando que esos compartimientos ocurrieran una y otra vez. Quizás hubiera sido buena la ayuda de un terapeuta o que alguien más hubiera intervenido ayudando a esta familia. Pudiera ser que el problema de esta familia fuera la falta de comunicación o mala calidad de ésta. O puede que tanto padre, como hijo, como madre actuaran de forma adecuada.
Este chico, ya mayor, nunca habló ese problema con nadie, y su padre se atreve a decir que nunca trató al chico mal.
Podría ser que la culpa del comportamiento del hijo la tuviera el padre, o quizás el hijo podría haberse puesto en el lugar de las otras personas a las que trataba con violencia, aunque en el fondo ese comportamiento fuera una máscara y pagara sus frustración con las demás personas, aunque éstas no tuvieran culpa de nada. También podría ser que la madre al encubrir al padre, y en otras ocasiones al hijo, estuviera propiciando que esos compartimientos ocurrieran una y otra vez. Quizás hubiera sido buena la ayuda de un terapeuta o que alguien más hubiera intervenido ayudando a esta familia. Pudiera ser que el problema de esta familia fuera la falta de comunicación o mala calidad de ésta. O puede que tanto padre, como hijo, como madre actuaran de forma adecuada.
Puede...
ResponderEliminarPueden ser tantas cosas... pero en esa situación... es difícil saber cómo actuar, nunca se sabe si lo quese está haciendo está bien o esta mal. Después de que pasen las cosas, entonces muchas veces pensamos si hubiese hecho, si no...
Cada caso es muy particular, y lo que en un caso estaría bien hecho, quizás en el otro fuese un desastre. Lo que sí es cierto, que hechos sí en tu vida te marcan para siempre.
Recomiendo ver la película "EL BOLA", está relacionada con este tema.
El Bola nos cuenta la historia de un chico madrileño con una vida aparentemente normal, va al colegio, ayuda a su padre en su negocio, sale con sus amigos, etc. Pero esta normalidad está muy alejada de la realidad, su padre es un maltratador que lo somete a palizas y humillaciones por los motivos más absurdos. El resto de su familia tampoco le ayudan demasiado, su madre está completamente dominada por su marido y su abuela padece demencia senil. Un buen día llega a su clase un nuevo compañero con el que Pablo, “el bola”, entablará rápidamente una gran amistad. A través de este chico el protagonista empezará a conocer lo que es una vida familiar diferente: unos padres que se quieren, que quieren a sus hijos y que los ayudan y respetan. La relación, cada vez más cercana, que Pablo mantiene con su amigo y con la familia de éste, es lo que le dará las fuerzas necesarias para enfrentarse a su difícil situación.